Comprar un inmueble para alquilar, es una apuesta segura, puesto que el precio de la vivienda está subiendo en la mayor parte de los territorios españoles (la mejora del mercado laboral debería prolongarse en este crecimiento), el precio del alquiler se está disparando a ritmos intensos y más generalizados. Debido a esto, es probable, que la presión de la demanda se traslade al precio de los activos, por lo que la rentabilidad bruta de la vivienda seguirá elevándose en los próximos años.
El precio de venta de los pisos sube a un ritmo del 6’3% cada año, pero su puesta en arrendamiento lo hace en un 4’6% adicional, según el Banco de España. Esto es, el máximo en los últimos 9 años.
El beneficio del inmueble no era tan alto desde el tercer trimestre de 2007, coincidiendo con el pico de la burbuja inmobiliaria. El rendimiento medio bruto anual del inmueble se posiciona en el 10’9%, de acuerdo con el último dato publicado por el Banco de España y referido al primer trimestre de este año. Tres meses antes, este indicador se situaba en el 8’8%, lo que da una idea del incremento del proceso.
Esta cantidad de rendimiento bruto mide el efecto combinado de la revalorización del inmueble más la ganancia que se adquiere de ponerla en alquiler, antes de impuestos. Es decir, no sólo tiene en cuenta lo que alcanzaría cada año el inversor al poner el inmueble en arrendamiento, sino, también, lo que ganaría al venderlo al cabo de doce meses, por lo que es un dato más notable para los inversores.
Se puede apreciar, en concreto, como la vivienda aumenta un 6’3% su valor anual en el primer trimestre, mientras que el alquiler proporciona un rendimiento adicional del 4’6% sobre el valor del activo. Este beneficio, puede aumentar en los próximos años, ya que hay cálculos que estiman que el precio del alquiler se está elevando a razón de un 4’2% anual en julio, siendo una de las tasas más elevadas desde que comenzó la medición en 2006.
Otro punto a favor de esta modalidad es el continuo incremento del mercado. El porcentaje de residentes que prefiere arrendar a comprar sube, desde el 19% al 21’2% de españoles en 2015. En los tres últimos años el mercado de alquiler ha sumado más de un millón de inmuebles y es un 42’5% más grande. Por eso, los inversores que buscan rendimientos elevados se han lanzado a la captación de inmuebles en ubicaciones muy consolidadas y con demanda, para arrendarlos.
No obstante, también hay que tener cuenta que esta es la rentabilidad bruta, es decir, antes de impuestos. Por esos, el IBI y el IRPF pueden limar parte de los ingresos por arrendamiento, mientras que el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales pueden elevar los costes de compraventa. También hay que destacar los costes adicionales, como el pago de la comunidad o los derivados del mantenimiento del inmueble y su equipamiento en buenas condiciones.
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